Pese a los esfuerzos conjuntos de las autoridades y la banca en el país, las mexicanas siguen padeciendo una brecha que las mantiene en desventaja en el sector financiero nacional con respecto a sus contrapartes varones. La evidencia documentada y empírica revelan que las mujeres pagan los créditos bancarios más caros pese a ser mejores pagadoras que los hombres.
Las últimas cifras oficiales detallan que las mujeres pagan a la banca tasas de interés promedio 2.8 puntos porcentuales superiores por los créditos con respecto a los concedidos a los hombres.
Datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) precisan que las mujeres pagan tasas de interés promedio de 18.1 por ciento anual. En tanto, los varones pagan una tasa ponderada de 15.3 por ciento. Estos costos se aplican a los créditos para la adquisición de enseres domésticos, automóviles, nómina, grupal y de vivienda.
Adicionalmente, los datos precisan que las empresas de mujeres tienen una probabilidad de tener financiamiento activo al menos en 2021 casi diez puntos porcentuales menor, en comparación con el resto de las empresas.
Pese a este entorno adverso, las mujeres mexicanas son mejores pagadoras de sus deudas que los hombres. Así lo demuestran los índices de cartera vencida, que son los créditos que no se pagaron en su vencimiento, y en los hombres asciende a 3.5 por ciento del total de la cartera crediticia, en tanto que los de las mujeres es de 2.7 por ciento, 0.8 puntos porcentuales menor.
Informes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI ) e investigaciones difundidas por la CNBV detallan además, que tres de cada diez empresas de mujeres están limitadas financieramente, y el acceso al crédito es la barrera más importante para iniciar un emprendimiento y el principal motivo por el que sus empresas fracasan.
Todos estos y otros obstáculos que han acrecentado la brecha de desigualdad de género se muestran en el último estudio titulado: Brechas en el financiamiento a las empresas de mujeres , realizado por la investigadora Sofía Huidobro Blanco y dado a conocer oportunamente por la CNBV, órgano rector del sistema financiero.
Cascada de garantías inhiben la demanda de crédito de las mexicanas
Con base a la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), se encontró que a las empresas de mujeres se les solicitan muchos requisitos para pedir financiamiento y no cumplen con la antigüedad mínima necesaria, ni garantías factores que las disuaden de solicitar financiamiento.
Adicionalmente, se observó que las instituciones financieras del país otorgaron menos financiamiento durante la pandemia del COVID-19 de manera generalizada.
El cierre en el suministro de financiamiento afectó particularmente a las empresas de mujeres, ya que este grupo de empresas se encuentran sobrerrepresentadas en los sectores más vulnerables en momentos de crisis, como los servicios .
Los resultados del análisis fundamentado también en experiencias internacionales, explica que las empresas de mujeres tienden a tener menor capacidad de absorber “shocks” financieros, lo cual les impide afrontar varios meses sin ingresos.
Según cifras de la Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas (Enafin 2021), durante la pandemia Covid- 19, las empresas se vieron obligadas a realizar inversiones para adaptarse a las nuevas formas de operar y cumplir con las medidas de higiene.
Estos desafíos sin considerar la triple carga impuesta socialmente que se acentuó con el confinamiento, ya que las mujeres empresarias debían realizar las tareas de cuidado y trabajo doméstico, además de gestionar sus negocios.
En la pandemia aumento la violencia de género
Por si esto fuera poco, al efecto diferenciado en la problemática económica de las mujeres empresarias, la pandemia trajo un aumento de los casos de violencia de género, que también afectó la capacidad económica de las mexicanas.
La intensificación de la brecha en el acceso al financiamiento, sumada a las afectaciones por la COVID-19 muestran que las empresas de mujeres presentan serias desventajas en el entorno actual en comparación con sus contrapartes masculinas.
Propuestas para mayor inclusión financiera de las mujeres
Los académicos, analistas y otros expertos sugieren que la política pública podría impulsar el financiamiento entre las empresas de mujeres que ya participan en el sistema financiero (porque ya tienen una cuenta de depósito).
Se podría implementar algún seguro empresarial ya que emplean pagos con tarjetas. De manera particular, se pueden diseñar productos específicos para el ámbito femenino.
También, impulsar el financiamiento vía bonos sociales con enfoque de género, como medidas regulatorias como cambios en los ponderadores de reservas de la banca para este tipo de créditos a mujeres.
Desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a través de su Política Nacional de Inclusión Financiera, se propone como premisa que para que las empresas de mujeres tengan acceso al financiamiento, primero hay que integrarlas al sector financiero.
En ese sentido, los resultados de los últimos estudios estadísticos sugieren medidas en dos focos de atención para las políticas de inclusión financiera: Primero, simplificar los requisitos y flexibilizar la antigüedad mínima de las empresas para que sean sujetas de crédito (siempre y cuando esto no dañe el sano desarrollo del sistema financiero) y segundo, promover la aceptación de pagos con tarjetas y el uso de seguros empresariales.
A su vez, la banca de desarrollo mexicana (Bancomext, Nafin, Banjercito, Banobras) podría incidir favorablemente y tener un papel fundamental en la inclusión de las empresas de mujeres.
La política pública debería promover que las empresas de mujeres adquieran y diversifiquen productos financieros, aprovechen mejor los beneficios que éstos ofrecen y procuren su buen uso.