La recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI) de endurecer y hacer más restrictiva la política monetaria de los bancos centrales para contener la inflación es un arma de doble filo.
Por un lado las medidas contra la inflación son una batalla para esquivar una crisis, sin embargo existen más probabilidades de generar una recesión.
El punto de equilibrio para que siga avanzando la meta de reducir la inflación al nivel de la prepandemía, según un informe del organismo mundial, es que los bancos centrales logren la estabilidad de precios y la estabilidad financiera.
Considera que la inflación se ubica todavía fuera de los objetivos de los bancos centrales. “Está tardando demasiado en volver a su objetivo. El incremento de la deuda, los altos precios de los activos y la alta inflación amplifican los riesgos”, advierte.
Zona del Euro objetivo llegar a inflación de 2 por ciento en 2025
En Europa las proyecciones inflacionarias del Fondo estiman una rápida caída del 5.4 por ciento este año al 3 por ciento el próximo para llegar a la meta fijada por los Bancos centrales del 2 por ciento en 2025, año en el que se pronostica el final de los ciclos de ajuste.
“Las perspectivas de inflación de Europa dependen de cómo las utilidades empresariales absorban los aumentos salariales. El incremento de los precios hasta ahora obedece principalmente a aumentos de las ganancias y de los costos de importación, pero los costos laborales están también subiendo”, indica el informe.
Al respecto, la apuesta de los bancos centrales está en función de mantener una política monetaria restrictiva para que la economía pueda lograr una desinflación general y los salarios reales puedan recuperarse al nivel previo a la pandemia.
Con la fortaleza del mercado laboral y el consumo, indica el FMI, se aproxima el final de la inflación luego de que en 2022 los salarios experimentaron una contracción de alrededor del 5 por ciento.
“Los trabajadores ahora están exigiendo incrementos salariales. Las cuestiones clave son la velocidad a la que subirán y si las empresas absorberán los mayores costos salariales sin recurrir a nuevas subidas de precios”, pronostica el organismo.
Advierte que si los salarios regresan a los niveles antes de la pandemia y la productividad permanece estable en los dos próximos años las utilidades de las empresas tendrán que descender para que la inflación alcance la meta de 2 por ciento fijada por el Banco Central Europeo (BCE) en 2025.