La crisis inmobiliaria en China junto con la caída de las exportaciones y una elevada deuda pública ponen a la segunda economía del planeta frente a un desafió que amenaza su largo periodo de bonanza económica que durante décadas logró crecer a tasas del siete por ciento anual.
El repunte en la inflación y un preocupante incremento en la tasa de desempleo juvenil que llega al 21.3 por ciento de su población, ha empujado al Banco Popular de China (PBoC, por sus siglas en inglés) a recortar su tasa preferencial de préstamos.
Ayer por la noche, el PBoC recortó su tasa preferencial de préstamos a los bancos a un año en 10 puntos base, un mínimo histórico de 3.5 por ciento.
En un intento por mantener la fluidez del crédito y como una referencia para las hipotecas mantuvo sin cambios la tasa a cinco años en 4.2 por ciento.
Esta decisión, explican los analistas de Monex, se da después de una sorprendente reducción la semana pasada tanto de las tasas de préstamos a corto plazo como la de mediano plazo por parte del banco central chino.
Con esta medida, señala la firma financiera, el PBoC busca lograr un equilibrio entre ayudar a la tambaleante economía china y detener una mayor depreciación del yuan, que ha tenido su nivel más bajo frente al dólar en 16 años.
Afirmó, que el banco central ha prometido incrementar la liquidez en la economía china, en medio de la desaceleración de la actividad económica, una perspectiva deflacionaria creciente y un desempeño comercial débil.
Crisis inmobiliaria en China
La investigadora Alicia García Guerrero, economista jefe para Asia-Pacífico del banco de inversión Natixis, sostuvo que el principal factor de la desaceleración comercial de China se encuentra en el sector inmobiliario, cuya contribución a la economía es de alrededor del 30 por ciento del PIB.
Explicó, que la actividad inmobiliaria lleva años de fuerte expansión, impulsada por un elevado endeudamiento privado y público y “ahora muchos de esos proyectos resultan inviables, por lo que el precio de los activos no cesa de caer, desatando numerosos impagos y el miedo al contagio al resto de la economía”.
“El reciente anuncio de Evergrande, el segundo promotor inmobiliario sumido en un proceso de reestructuración desde 2021, de declararse en bancarrota en Estados Unidos no hace sino añadir más desconfianza a este escenario”, añadió.
Advirtió que la sucesión de malos datos económicos, junto a los problemas del sector inmobiliario hacen temer que China pueda estar al comienzo de su propia crisis al estilo de la de 2008 en Estados Unidos o la de 2010 en la Unión Europea.
El gobierno chino fijo el crecimiento económico del gigante asiático en cinco por ciento para 2023.
La renta per cápita de los más de mil 400 millones de chinos es de alrededor de 13 mil dólares, frente a los 11 mil dólares de nuestro país y 76 mil de Estados Unidos.