El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei anunció que será necesario hacer un fuerte ajuste fiscal y reconoció que en el corto plazo la situación emperorá pero luego se verán los frutos de este esfuerzo.
Milei, primer economista en la historia de Argentina en llegar a la presidencia, en su discurso de investidura de este domingo dijo: “No hay alternativa posible al ajuste, no hay plata”.
La firma financiera Standard &Poor´s (S&P) advirtió, que una infinidad de desequilibrios económicos generan condiciones complejas para la administración de Milei.
La calificadora de valores a nivel global destacó: “Para corregir el complejo panorama económico se necesita una gestión política y económica astuta combinada con una comunicación bien articulada con el electorado, incluida la clase media, los sindicatos, las empresas y los movimientos sociales”.
La inflación se acerca al 150 por ciento anual y es muy probable que aumente en los próximos meses, y el tipo de cambio paralelo, de unos 950 pesos argentinos (ARS) por dólar estadounidense, amplia la brecha con el tipo de cambio oficial de aproximadamente de 350 pesos por dólar.
La calificadora de valores internacional S&P Global Ratings explicó, que en caso de que la promesa de campaña de dolarizar la economía se implementase, no está claro cómo y cuándo se llevaría a cabo.
Esto se debe en parte al bajo nivel de las reservas internacionales brutas, que ascienden a 21 mil millones, y negativas en términos netos, explicados por los desequilibrios macroeconómicos, por la histórica sequía de este año (con una pérdida de al menos 20 mil millones de dólares en ingresos por exportaciones) y por la salida de capitales.
El país sin acceso a los mercados globales de capital
En un reciente análisis titulado: “La administración entrante de Argentina enfrentará dificultades en la implementación de su política económica”, recordó que Milei ha subrayado el compromiso de respetar los contratos, pero no está claro cómo gestionará la administración el próximo servicio de la deuda, especialmente en el corto plazo.
En lo que resta del año, no hay vencimientos de bonos globales, pero a partir de 2024 los vencimientos comienzan a aumentar. En 2024 vencen capital e intereses por 4 mil 300 millones de dólares, y 9 mil 400 millones en 2025-2026.
“En ausencia de una corrección fiscal rápida y significativa o de condiciones externas extremadamente favorables, el riesgo de incumplimiento es alto, con o sin acceso al mercado global”, alertó S&P Global Ratings.
Por su parte, la deuda emitida localmente denominada en pesos o vinculada a la inflación o al tipo de cambio que vence durante el próximo año equivale a 100 mil millones de dólares, y hay algunos pagos que vencen en lo que queda de 2023.
Riesgo en los fundamentos crediticios del sistema financiero.
La mayor parte de esta deuda está en manos de entidades del sector público, incluido el banco central (BCRA) y el instituto de seguridad social (ANSES), pero todavía hay una porción relevante de acreedores privados.
El Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria de Argentina tiene una tendencia de riesgo de industria negativa, que incorpora el potencial impacto que los eventos adversos a nivel del país podrían tener en el fondeo y en los fundamentos crediticios del sistema financiero.
“Para soportar la volatilidad y las condiciones operativas adversas, el sistema mantiene indicadores de liquidez altos, pero principalmente a través de títulos del banco central y bonos gubernamentales.
Aun así, el sistema tiene buenos indicadores de capitalización regulatoria considerando su cartera diversificada de activos.
Empresas bien posicionadas
Por otra parte, las empresas en Argentina, en general, están bien posicionadas para aprovechar una mejora potencial en la economía.
Se han mantenido muy conservadoras, asegurando reservas de efectivo y manteniendo el endeudamiento en niveles bajos durante los últimos cuatro años a medida que las condiciones macroeconómicas del país se debilitaban.
Pero es probable que la escasez de dólares estadounidenses y la alta inflación que presiona los márgenes sigan perjudicando los perfiles crediticios de las empresas.
“Además, dada la extrema debilidad del frente externo del país, consideramos que las restricciones a los pagos internacionales seguirían siendo un obstáculo para las importaciones, el pago de deuda o el pago de dividendos durante algún tiempo”.