El peso mexicano cerró el año cotizando en 16.9335 pesos por dólar en sus operaciones al mayoreo, mostrando una apreciación de 13.16 por ciento o 2 pesos y 57 centavos, siendo la segunda divisa más apreciada en la canasta amplia de principales cruces, solo debajo del peso colombiano, que se apreció 21.27 por ciento en el año.

 Así, el peso mexicano mostró la mayor apreciación anual desde que cotiza en régimen de libre flotación. La segunda mayor apreciación anual fue en 2012, cuando avanzó 7.77 por ciento o 1 peso y 8 centavos. 

Durante el 2023, el tipo de cambio cotizó en un promedio de 17.74 pesos por dólar, siendo la menor cotización promedio desde 2015, cuando se ubicó en 15.88 pesos por dólar. 

En el año, el tipo de cambio tocó un máximo de 19.5355 pesos por dólar el 3 de enero y un mínimo de 16.6262 pesos por dólar el 28 de julio, no visto desde el 3 de diciembre del 2015. 

El mes con la mayor volatilidad fue marzo con 17.43 por ciento y el mes con la menor volatilidad fue junio con 5.75 por ciento. El peso mexicano se depreció en: agosto (-1.76 por ciento), septiembre (-2.36) y octubre (-3.59), mientras que se apreció en enero (+3.39 por ciento), febrero (+2.83) marzo (+1.42), abril (+0.25), mayo (+1.74), junio (+3.18), julio (+2.23), noviembre (+3.68) y diciembre (+2.59 por ciento). 

La apreciación de enero a julio, representó el mayor número de meses consecutivos con apreciación para el peso desde el periodo de ocho meses entre diciembre del 2007 y julio del 2008. 

Gabriela Siller, economista en Jefe de Banco Base explicó que el peso se apreció en el año debido a: flujos de dólares por exportaciones, remesas e inversión extranjera directa; amplio diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos y expectativa de mayor oferta de dólares en el futuro en México, por crecimiento de las exportaciones e inversión extranjera directa, ante la oportunidad del nearshoring o la reelocalización de las empresas.

Al peso también le ayudó que el sexenio está próximo a terminar y no se materializaron los riesgos de perder la autonomía del Banco de México o de perder el grado de inversión de la calificación crediticia de la deuda soberana de México. 

Por eso, en septiembre después de publicarse el Paquete Económico 2024, el peso se depreció significativamente, ante el riesgo de deterioro en la perspectiva o recorte en la calificación crediticia de México, debido al déficit presupuestario de 4.9 por ciento, el mayor desde 1988. 

El crecimiento, aunque desacelerado, de las exportaciones y remesas dio fundamento a la apreciación sostenida del peso, pero fue la expectativa sobre la oportunidad del nearshoring lo que dio el mayor impulso al peso, al punto de mostrar la mayor apreciación anual en registro, desde que se tiene el régimen cambiario de libre flotación el 22 de diciembre de 1994.