La reubicación o de las cadenas de suministro hacia México hace a nuestro país un lugar seguro para las inversiones ante la intensificación de los riesgos sociales en América Latina, aseguró la calificadora de valores global Moody´s.
Sin embargo, advierte que las limitaciones de infraestructura, los obstáculos de políticas públicas y los riesgos físicos del cambio climático limitarán los beneficios en México.
En su último análisis sobre las perspectivas de las empresas no financieras de América Latina, Moody´s afirmó que los anuncios de inversiones y el aumento de la actividad económica en las industrias automotriz, inmobiliaria y de tecnología de las comunicaciones en México son el resultado del nearshoring, que esperamos que continue a medida que la competencia por el comercio y la tecnología tensione las relaciones entre China y Estados Unidos.
La firma financiera internacional recordó que muchas empresas siguen anunciando la reubicación de sus operaciones y la construcción de plantas en México, y el flujo de inversiones se intensificará en los próximos dos o tres años.
Consideró, que si bien el cambio implicará beneficios tangibles para sectores y estados específicos de México, el nearshoring por sí solo no aumentará las perspectivas de crecimiento del país a mediano plazo por encima del 2 por ciento sin algunos cambios estructurales.
Las industrias automotriz, inmobiliaria y de tecnología de las comunicaciones podrían ser las más beneficiadas ya que tienen una gran presencia en las regiones del centro y norte (Bajío) de México.
Estas industrias ya están bien integradas en la cadena de suministro de América del Norte, lo que les brinda a estas regiones los beneficios principales del nearshoring.
Sin embargo, dado que estos estados ya atraen la mayor parte de la inversión extranjera directa de México, el nearshoring también conlleva el riesgo de empeorar las disparidades regionales y económicas existentes.
El beneficio para la industria automotriz mexicana tendrá efectos secundarios en industrias correlacionadas, como las autopartes.
México representó el 35 por ciento de las importaciones estadounidenses de vehículos de pasajeros en 2021 debido a un entorno comercial favorable en virtud del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Este tratado estableció en 75 por ciento el valor de contenido regional en costo neto para los vehículos ligeros en julio de 2023, y 64 por ciento para los vehículos pesados a partir de julio de 2024.
Moody´s indicó que la inversión en nearshoring ayudará a reducir en un 20 por ciento las importaciones de otros países —principalmente Japón— que componen el mercado automotriz norteamericano.
Varias automotrices están trasladando sus fábricas a México para beneficiarse de los costos laborales y otras eficiencias, además de aprovechar el compromiso de Estados Unidos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y acelerar la producción de vehículos eléctricos.
El nearshoring también favorece el crecimiento del sector inmobiliario industrial y comercial de México, con beneficios indirectos para la construcción.
El dinamismo del sector inmobiliario industrial y comercial explica el crecimiento del empleo formal, el cual amplía el acceso al crédito, con repercusiones positivas en los sectores donde la demanda depende en gran medida de los créditos de consumo, incluyendo la construcción de viviendas.
Por otro lado, la inversión en maquinaria y equipo, vinculada al sólido desempeño de la industria manufacturera, ha tenido un importante aumento de la inversión bruta.
Estimó que México probablemente retrasará los recortes de tasas debido a la inflación persistente y una actividad económica sólida.
Aseguró, que el nearshoring ofrece sólidas perspectivas de crecimiento para las empresas de tecnología de las comunicaciones.
En el sector de centros de datos, México también se beneficia de una mano de obra calificada y bilingüe, y de una creciente demanda de servicios digitales. Asimismo, la ley de protección de datos personales que protege los datos de los usuarios hace que México sea atractivo para las inversiones en este sector.
Finalmente, las elecciones de 2024 en México, podrían cambiar las prioridades en materia de políticas públicas con un cambio de gobierno y ofrecerían la oportunidad de tener políticas más favorables para la inversión en sectores como la energía eléctrica y las energías renovables.