Muy bien va comenzar este 2024 cuando a partir del primero de enero el salario mínimo aumentará más del 20 por ciento, una medida cuya virtud está a la vista: se fortalece el mercado interno que estimulará el desarrollo de las empresas y con ello más competitividad y generación de empleo.

De ese tamaño, coinciden especialistas, es la repercusión que ha tenido el aumento a los salarios mínimos que entre 2018 y 2023 ha sido del 110 por ciento, y que además ha servido de ancla para los incrementos de los salarios que se negocian vía la contratación colectiva.

Durante su participación en el seminario “Desigualdad Salarial en México: Perspectivas y Retos”, organizado por el Centro de Investigación en Docencia Económica (CIDE) el  economista y ex subgobernador del Banco de México, Gerardo Esquivel, dijo que el tema es de la mayor importancia para los trabajadores y la sociedad, ya que revela el sentido social de la política económica del actual gobierno.

Con esta medida, sostiene, se rompe con la complicidad que durante décadas mantuvieron los gobiernos y los empresarios que bajo el argumento de contener la inflación redujeron los salarios mínimos a niveles ínfimos.

“Desde hace décadas, los salarios mínimos dejaron de ser una garantía social, convirtiéndolos en un mecanismo de explotación económica, y ahora con los aumentos que ha tenido a partir de 2018 ese camino se está revirtiendo”, señaló.

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), el progresivo aumento al salario mínimo entre 2018 y 2023 ha incidido en que más de 5 millones de mexicanos dejarán la pobreza.

Recuperación salarial

Por su parte, el investigador y consultor del Banco Mundial, Luis Huesca Reynoso, estimó que la política salarial del gobierno ha logrado recuperar de manera paulatina el poder adquisitivo de los trabajadores.

Huesca Reynosa dijo que durante muchos años los gobiernos anteriores impidieron un mayor juego entre la oferta y la demanda de los salarios.

Al respecto, recordó que estudios serios han demostrado como empresas de Canadá y Estados Unidos han tenido la intención de pagar mejores sueldos, pero las cámaras empresariales se han opuesto con el argumento de que el incremento provocaría inflación.

Explicó que la productividad del trabajador mexicano ha crecido no en horas sino en valor agregado. “Con excepción de la agricultura, todos los sectores de la economía reportan productividad alta”, añadió.

En su intervención, Claudia Tello de la Torre, investigadora por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), aseguró que el estancamiento de los salarios en México se produce a partir de la década de los ochentas cuando se producen las “reformas estructurales”

Desde entonces el poder adquisitivo de los trabajadores se deterioraron acompañado de un círculo vicioso de estancamiento salarial y un mercado interno estrecho.