El litio, un mineral estratégico y de utilidad pública en nuestro país, duplicara por 13  su demanda mundial en los próximos 10 años frente al crecimiento acelerado del transporte eléctrico, la energías renovables y la reducción de los combustibles fósiles, advierte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

De acuerdo con el estudio “Extracción e Industrialización del litio en América Latina”,  la Cepal sostiene que de todos los minerales utilizados en las tecnologías energéticas, el litio es el metal que va a experimentar un mayor crecimiento de la demanda, que se multiplicará por 13 en 10 años y hasta por 42 hasta 2040.

Este crecimiento, afirma el organismo de Naciones Unidas, se debe en parte a la penetración a nivel mundial de vehículos eléctricos en el mercado automotor, el cual creció en 650 por ciento entre 2014 y 2021.

“Este ritmo de crecimiento plantea un reto muy importante sobre la capacidad de los fabricantes de automóviles para mantener la demanda de la producción de baterías de litio, cuyo ritmo promedio de crecimiento anual será 25 por ciento en los próximos 8 años”, anticipa.

En América Latina, Brasil tiene el mayor mercado de autos eléctricos, seguido por México, Colombia, Costa Rica y Uruguay, sin embargo las tasas de penetración en la región son relativamente bajas y se ubican por debajo del uno por ciento en promedio.

Con el objetivo de impulsar la transición energética el  litio, cobre, níquel, cobalto, zinc, manganeso, grafito y las tierras raras son minerales irreemplazables para poder llevar a cabo este proceso de electrificación del transporte y de las energías renovables. 

El precio de cada mineral se explica de acuerdo a factores en el mercado, sin embargo todos se han visto afectados por las expectativas negativas sobre la evolución de la economía mundial  en un contexto de políticas monetarias restrictivas e inflación.

 En el caso del litio, el precio no solo se multiplicó casi nueve veces, sino que no se ha observado un descenso significativo, como en el de los otros minerales. Sin embargo, de acuerdo proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE), la demanda total de los otros minerales a nivel mundial podría duplicarse y hasta cuadruplicarse entre 2020 y 2040.

Entre 2020 y  2022, los precios del cobre, el níquel, el cobalto y el aluminio aumentaron entre 20 por ciento y  80 por ciento. Los valores comenzaron a descender a partir de marzo y abril de 2022, cuando alcanzaron un máximo tras la salida de la peor situación de la pandemia.

Geografía del Litio

Considerado un recurso estratégico para el desarrollo económico de los países que cuentan con yacimientos abundantes, en América Latina destaca el denominado “triángulo del litio”, integrado por Argentina, Bolivia  y Chile. 

Estos países,  cuentan con el 56 por ciento del total de las reservas mundiales y si consideramos a las demás naciones latinoamericanas que poseen yacimientos de litio como México y Perú, la región alcanza casi el 60 por ciento de los recursos. 

La producción de litio a nivel mundial se concentra en cuatro países —Australia, Chile, China y Argentina—, a los que, en 2021, correspondió más del 96 por ciento de la producción mundial . 

Australia tiene más del 52 por ciento de la producción en mina. La participación relativa de cada país ha cambiado a través de los años. Durante la década de 2000, Chile tuvo una participación promedio del 40 por ciento en la producción mundial, mientras que la de Australia se mantuvo en torno al 23 por ciento. 

En esa década aparecieron China y  Argentina, cuyas participaciones, en promedio, se ubicaron en torno al 15 por ciento y el nueve por ciento respectivamente. En la década de 2010, el liderazgo cambió y la participación de Chile cayó al 31 por ciento, mientras que la de Australia aumentó al 44 por ciento.

 Entre 2015 y 2021, cuando comienza a registrarse un marcado aumento de la demanda —y, consecuentemente, de los precios—, la brecha entre los dos países se amplió y en 2018 los máximos alcanzados fueron del 60.2 por ciento para Australia y del 19 por ciento para Chile.

En 2021, la oferta mundial de litio alcanzó niveles en torno a las 500 mil  toneladas de carbonato de litio equivalente. 

Los pronósticos sobre la evolución del mercado muestran una gran dispersión, sin embargo, sobre la base de las proyecciones recientes, hay consenso de que los cuatro principales países productores —Australia, Chile, China y Argentina— tendrán incrementos en su capacidad de producción en los próximos años.

La producción de Litio en México

México cuenta con el proyecto de Sonora (actualmente de la china Ganfeng Lithium), basado en un depósito de litio en arcillas enriquecidas, ubicado en el estado homónimo.

Actualmente se encuentra en etapa de construcción y se proyecta que aportaría alrededor de 35 mil toneladas por año de litio hacia mediados de la década. 

Por otra parte, el Gobierno mexicano creó recientemente Litio para México (LitioMx), una empresa estatal que tiene por objeto la exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento del litio ubicado en territorio nacional, así como la administración y control de las cadenas de valor económico de dicho mineral.

Por su elevado nivel de recursos de litio, América Latina y el Caribe tiene un gran potencial para convertirse en un actor clave en la industria mundial de este recurso.

 Sin embargo, su desempeño actual se encuentra muy por debajo de ese potencial, como se refleja en el volumen relativamente pequeño de producción de litio y el elevado nivel de concentración geográfica de dicha producción en Chile y  Argentina

Cambio Climático

Como toda actividad extractiva, el impacto de la minería del litio al medio ambiente, los ecosistemas y las comunidades tiene riesgos. Por ello los países latinoamericanos ricos en yacimientos deben tener una supervisión rigurosa y vigilar las concesiones, advierte la Cepal en el estudio.

Al respecto, destaca  los compromisos asumidos para limitar el calentamiento global, los cuales  se encuentran los dirigidos a reducir sustancialmente el uso de los combustibles fósiles, extender la electrificación, mejorar la eficiencia energética y utilizar combustibles alternativos

Subraya,  que la a transición energética exige un alto nivel de inversiones y refiere que la tasa de crecimiento anual promedio de la inversión en energías limpias durante los cinco años posteriores a la firma del Acuerdo de París, en 2015, fue de poco más de 2 por ciento.

“Desde 2020, la tasa ha aumentado al 12 por ciento. Sin embargo, aún se encuentra por debajo de lo necesario para alcanzar los objetivos climáticos internacionales. 

“En 2021, los niveles más altos de inversión en energías limpias se registraron en China (380 mil millones de dólares), seguida de la Unión Europea (260 mil millones de dólares) y los Estados Unidos (215 mil millones de dólares). La inversión en vehículos eléctricos alcanzó los 93 mil millones de dólares, lo que representa el 6.5 por ciento de la inversión total”, consigna