La economía mexicana ha mostrado resilencia registrando un mayor dinamismo que el inicialmente estimado por lo que se prevé un crecimiento del 2.9 por ciento este año, superior al 1.7 por ciento del promedio de América Latina y el Caribe, pronostica la CEPAL.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) atribuyó el buen desempeño de la economía mexicana al impulso del consumo interno, a un mercado laboral dinámico y una tasa de desempleo casi en su mínimo histórico.
“El buen desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) en los dos últimos años, apoyado también por la resilencia de la economía estadunidense y la reelocalización, son oportunidades para que México tenga en el futuro un crecimiento sostenido” aseguró Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL.
Desde Santiago de Chile, sede de la CEPAL, Daniel Titelman presentó a los medios de comunicación el Estudio Económico para América Latina y el Caribe 2023, en el que destacó que el crecimiento de la región se tuvo que ajustar a la alza por el buen desempeño de los dos motores económicos del continente: México y Brasil.
“En abril nuestra estimación del crecimiento del PIB de la región fue de 1.2 por ciento y se ajustó porque muchas de las economías fueron más resilentes de lo que se esperaba, particularmente Brasil y México, que son las que pesan más en el promedio ponderado”, explicó.
En su balance sobre México, el funcionario también resaltó el dinamismo de las exportaciones, el crecimiento de la masa salarial real y la oportunidad que representa para nuestro país la reelocalización como detonador para traer Inversión Extrajera Directa.
Al respecto, recomendó aprovechar más la oportunidad del nearshoring o reelocalización como parte de una política de desarrollo productivo que fortalezca la inversión, la innovación y la formación de recursos humanos aprovechando la base industrial que tiene México.
Para 2024, fijo un crecimiento menor al de este año al ubicar el PIB de México en 1.8 por ciento, pero mayor al de la región que será de 1.5 por ciento.
Elección presidencial
Entre los riesgos que enfrentará la economía mexicana, mencionó la las elecciones que tendrán lugar el próximo año cuando millones de mexicanos elijan a presidente de la República, el Congreso de la Unión y nueve gobernaturas.
Más allá de las tensiones sociales, agregó, esperamos que en democracia los cambios de gobierno no deben generar incertidumbre económica. “Un proceso electoral transparente y abierto con respeto a las reglas no debería haber riesgos de incertidumbre”, puntualizó.
Crecimiento económico en la región
Por su parte, el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xiribachs, estimó que para 2023 la región mantendrá la dinámica de bajo crecimiento.
Según sus previsiones, América del Sur crecería un 1.2 por ciento frente al 3.7 por ciento de 2022, mientras que el grupo conformado por Centroamérica y México un 3 por ciento (3.4 en 2022), y el Caribe (sin incluir Guyana) un 4.2 por ciento.
Para 2024, añadió, las proyecciones indican que se mantendrá bajo el dinamismo en la región. “Se prevé que el contexto internacional continúe siendo poco favorable, con un crecimiento del PIB y el comercio mundiales muy por debajo de los promedios históricos”, aseveró.
En el ámbito interno, sostuvo que se mantendrá el reducido espacio de política macroeconómica, tanto fiscal como monetaria.
Frente a las proyecciones de bajo crecimiento en la región, el secretario ejecutivo del organismo dependiente de Naciones Unidas externó su preocupación por la calidad del empleo.
Es muy probable, aseguró, que los trabajadores se vuelvan más vulnerables, tengan menores niveles de protección social y se empleen en sectores menos productivos, lo que llevará a la disminución del salario promedio y al aumento del nivel de pobreza y desigualdad en la región.
Pacto Fiscal para reducir la desigualdad social
De acuerdo con el documento, la CEPAL establece la urgencia de un pacto fiscal que incremente no solo el nivel de la recaudación tributaria sino su progresividad y capacidad de reducir las desigualdades de ingreso y riqueza.
Para ello y a corto plazo, recomienda implementar medidas para combatir el elevado nivel de evasión tributaria en la región, el cual fue de 325 mil millones de dólares en 2021, equivalente a 6.1 por ciento del PIB regional en 2018.
En 2021, los gastos tributarios en América Latina promediaron un 3.7 por ciento del PIB, lo que representa el 19 por ciento de los gastos presupuestarios del gobierno central.