La Comisión Federal de Competencia (Cofece) otorgó la autorización para la adquisición de las 13 centrales eléctricas por un vehículo de inversión del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), operación que deberá concluir en los próximos seis meses.
Al concluir la adquisición, el Estado mexicano sumará la generación de 8 mil 500 MegaWatts adicionales para superar el objetivo de contar con el 54 por ciento en la generación eléctrica del país, recuperando presencia de mercado en áreas estratégicas para la relocalización de empresas que hoy vive México.
La autorización establece compromisos para fortalecer el gobierno corporativo del vehículo de inversión, para asegurar que las centrales operen en el mercado eléctrico en condiciones de competencia, en beneficio de los consumidores, al mismo tiempo que el Estado mexicano recupera el liderazgo en la generación de energía eléctrica, meta que se fijó en la iniciativa de reforma constitucional.
Con esta operación, el Fonadin reafirma su papel como el vehículo de la Administración Pública Federal más relevante para detonar y conducir la infraestructura necesaria en nuestro país, manteniendo su exitosa participación en el desarrollo de proyectos de infraestructura asociados a energía, para fortalecer la soberanía energética nacional y garantizar su abasto, así como la estabilidad de precios para los mexicanos, sus servicios de salud, educación y seguridad.
Esta operación cuenta también con un amplio apoyo del sector financiero a través de la banca de desarrollo y la banca comercial, al financiar 60 por ciento de la adquisición, y se buscará asimismo la participación en la inversión de las Afores, fondos de pensiones, y otros inversionistas institucionales, en beneficio de los trabajadores de México.
A través de un comunicado, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aseguró que esta transacción no implica aumentar la deuda pública presupuestal más allá del costo de adquisición de 51 por ciento de la misma y, en esa medida, no presiona las finanzas públicas.
Por el contrario, genera una nueva fuente de ingresos en dividendos para el Estado y, de esa manera, ahorra al país el pago de dividendos al extranjero.