El estado de Guerrero afectado en octubre de 2023 por el Huracán Otis actualmente no tiene cobertura por un seguro contra desastres naturales y en el momento del fenómeno meteorológico contaba con apenas 50 millones de pesos disponibles en su fideicomiso estatal para desastres naturales, reveló la firma financiera Moody’s Local México.
Además, contaba con una cantidad adicional por 50 millones de pesos disponible en un fondo estatal para contingencias naturales (FONSOL), por lo que Guerrero seguirá dependiendo de transferencias federales dada la magnitud del desastre natural.
También es muy probable que Guerrero tendrá que tomar créditos de corto plazo adicionales en el cuarto trimestre de 2023 para cubrir el mayor gasto por el huracán.
En Guerrero la deuda de corto plazo es equivalente a 34 por ciento de la deuda directa en promedio en los últimos cinco años, un porcentaje alto que podría subir incluso más en 2023 y 2024, advirtió la calificadora de valores.
Moody’s Local México publicó un reporte sobre los recursos económicos de los estados para enfrentar desastres naturales en el que se detectó que la mayoría de los estados no cuentan con seguros o con coberturas de acuerdo a su exposición a riesgo contra catástrofes.
Entre los estados calificados (Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Veracruz, Sinaloa, Puebla, Guerrero, Nayarit, México, Jalisco, Sonora, Nuevo León Hidalgo, Yucatán Guanajuato y Querétaro), el 44 por ciento confirmaron que tienen contratado algún tipo de seguro contra desastres naturales mientras que el 56 por ciento restante no tiene ninguna protección contratada.
Alta dependencia de recursos federales para cubrir catástrofes
De acuerdo con el informe, los estados mexicanos manejan reservas muy limitadas para hacer frente a la reconstrucción y apoyo a la población afectada por los desastres naturales y para llevar a cabo acciones de prevención.
Entre 2020 y 2022, el saldo promedio de los fondos etiquetados para desastres naturales de los estados calificados por Moody’s Local México, fue equivalente a 0.15 por ciento de sus ingresos operativos, un margen muy limitado para responder a eventos de alto impacto.
Por lo tanto, los estados y municipios tienen una alta dependencia de recursos federales para hacer frente a los desastres naturales.
Recordemos, que a partir de 2016, la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios (LDF) estableció la obligación de que los estados dediquen recursos anualmente para contar con una reserva que les permita afrontar futuros desastres naturales.
Los estados con bajo desarrollo han sufrido más daños
La mayoría de los estados calificados por Moody’s Local México aportan a la reserva el mínimo establecido en la LDF y estas reservas representan menos del 1 por ciento de sus ingresos operativos. El estado con mayores reservas es el estado de Oaxaca, con un saldo promedio equivalente a solamente 0.73 por ciento de sus ingresos operativos.
Entre los estados calificados, Oaxaca, Chiapas y Veracruz son los que han sufrido mayores daños, particularmente por lluvias fuertes, huracanes y sismos, mientras que otros estados son mucho menos vulnerables a los desastres.
En general, los estados más susceptibles a los desastres naturales también tienen niveles de desarrollo económico per cápita más bajos y flexibilidad financiera limitada, reduciendo su margen para absorber choques.
Para otros estados, como por ejemplo Querétaro, Guanajuato y Nuevo León los niveles de reserva de los fideicomisos también son bajos, pero estas entidades han sido mucho menos vulnerables a los desastres naturales.